Por Christian Burgazzi, 31/01/2016
Ante todo les reitero mi respeto y admiración por los logros
electorales hasta ahora alcanzados. Tener la mayoría absoluta de la Asamblea
Nacional es sin duda un enorme paso en el camino de la recuperación de la
democracia y del bienestar para todos en Venezuela.
Sabemos que faltan por recorrer los tramos más difíciles de ese camino,
enfrentando a los jerarcas del régimen que aún controlan las demás
instituciones y que están dispuestos a todo para evitar perder el poder, sus
privilegios y los botines acumulados a costa de los recursos del estado.
La lucha entra en su fase más crucial y es una lucha política, no
jurídica, terreno adonde el régimen llevará toda disputa; los miembros del TSJ
reafirman continuamente que son parte esencial de la banda roja, que usará su
nefasta Sala Constitucional como arma de última instancia ante cualquier
intento de remover al régimen por la vía jurídica.
Por ello, ahora más que nunca es necesario que la MUD asuma de forma
directa la conducción política de esta lucha por el poder, por la vía pacífica
y democrática, que es una lucha entre partidos políticos con la gente y sus
organizaciones sociales, no entre instituciones del estado como lo son tanto la
AN como el TSJ.
La lucha política por el cambio del régimen va más allá de lo electoral
o institucional, debe realizarse en la calle, con los líderes y militantes de
los partidos democráticos movilizándose, acompañando y apoyando a la gente en
sus tribulaciones cotidianas, casa por casa, cola por cola, para conseguir el
apoyo del pueblo, como lo hicieron para lograr la votación que llevó al triunfo
en la AN. Hay que dotar de dirección y agenda política a los militantes de cada
partido de la MUD, que son muchos más de los 112 diputados electos, hay que
mantenerlos activos y organizados para la intensa lucha política en todos los
rincones de Venezuela.
De paso, recuerdo que la votación popular que favoreció a la MUD fue
del 56% de los electores a nivel nacional, por lo que hay que ganar y movilizar
a una buena parte de esos casi 6 millones que votaron por el régimen, para
impulsar el clamor popular por el indispensable cambio constitucional de
gobierno como única manera de mejorar las condiciones económicas y sociales de
todos.
La AN representa a todo el país; su Directiva, la Jefatura de la
fracción y los diputados de la MUD, son un medio clave en la tarea de recuperar
la institucionalidad del país.
La lucha por la toma del poder es tarea de la Dirección política de la
MUD y de los partidos democráticos en esa mesa, y se requiere que estén más
unidos que nunca.
Entiendo que siendo en buena medida las mismas personas, hasta ahora
las tareas importantes y urgentes de la AN hayan absorbido la mayor parte del
tiempo de los directivos de la MUD, pero es imprescindible que se hagan los
ajustes estratégicos y organizativos necesarios, para separar de forma clara
las responsabilidades y agendas de la MUD de las de la AN.
Me preocupó, por ejemplo, leer en las redes sociales, que se ha
planteado colocar a Chuo Torrealba a la cabeza de la nueva ANTV. De ser cierto,
me parece que la MUD perdería otro recurso clave, habiendo muchos valiosos
periodistas que pueden cumplir ese papel en la ANTV, pero pocos “Chuos” para
ser Secretarios Ejecutivos y voceros de la MUD con perfil popular. Asumiendo
que nadie es indispensable y que hay dirigentes políticos capaces para la
conducción y coordinación de la MUD, aparte de la AN.
A mi juicio la MUD requiere fortalecer su dirección política, cuya
tarea es aclarar la visión, la estrategia a largo plazo y su organización
(diferenciando e integrando los distintos roles), y conducir su gestión hacia
el éxito, el cual es lograr un cambio político de fondo en Venezuela, en lo
tangible y en lo intangible, mediante un masivo respaldo popular.
Es pocas palabras la MUD debe dirigir un gran acuerdo o pacto de Unidad
Nacional para reconstruir al país, que vaya más allá del corto plazo y de los
triunfos electorales.
Si suena épico, es porque lo es.
Christian Burgazzi
@cburgazzi
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