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lunes, 1 de febrero de 2016

La emergencia es rectificar, por @OmarBarbozaDip



Omar Barboza Gutiérrez 31 de enero de 2016

El gobierno nacional debe decirle la verdad al pueblo venezolano y no seguir con las mentiras de que las causas principales de la crisis son: “la guerra económica” y la “inflación inducida” implementadas por el imperio norteamericano y la oposición venezolana, cuando la realidad es que el verdadero responsable directo de esta crisis es el mismo gobierno y sus políticas económicas, acompañadas de un irrespeto reiterado a la Constitución en el manejo de las finanzas públicas.


Para fundamentar lo antes afirmado, debemos comenzar por decir que una gestión de gobierno se mide por sus resultados. Según confesión del Presidente Maduro, los ingresos recibidos por el modelo en el poder durante 15 años, fueron de un Billón ciento ochenta y dos mil millones de dólares. Hay que hacer un gran esfuerzo para comprender la magnitud de esa inmensa fortuna que ha administrado el llamado Socialismo del Siglo XXI, empezando por recordar que un Billón se escribe con un 1 y doce (12) ceros, y que estamos hablando de dólares.

La responsabilidad del gobierno es más grave aún si recordamos que antes de tomar el poder la llamada “revolución”, el 4 de noviembre de 1988, a través del Decreto N° 2.991, y como consecuencia de un consenso nacional, el gobierno de Rafael Caldera por una Ley Habilitante, acordó crear el Fondo de Inversión para la Estabilización Macroeconómica, el cual establecía que entre los ingresos que formarían parte de ese Fondo estaban los ingresos petroleros que excedieran el promedio de ingresos por ese concepto durante los cinco (5) años anteriores.

Imagínense ustedes la gran cantidad de ahorros que hubiésemos guardado durante los tantos años que los precios del barril de petróleo estuvieron en 100 o más dólares, superando los promedios de los 5 años anteriores. Sin embargo, a pesar de que La Asamblea Constituyente compartió la necesidad de protegernos ante el carácter cíclico de los precios petroleros, y en el Artículo 321 de la Constitución estableció el mandato de establecer el fondo de estabilización, el oficialismo representado hoy por el Presidente Maduro, maniobró con diferentes modificaciones a la Ley de ese Fondo para no cumplir con el mandato constitucional de ahorrar en épocas de precios altos, y resulta que lo ahorrado en el Fondo de Estabilización Macroeconómica apenas alcanzó la cantidad de 3 millones de dólares; es decir, no ahorramos.

En cambio, crearon fondos tales como el FONDEN, que manejó más de 100.000 millones de dólares y lleva varios años que no publica su balance, y lo que ha sido es un barril sin fondo que ha financiado, junto a otros fondos, inversiones en otros países y la corrupción protegida por un manejo sin ninguna transparencia.

Además, en vez de utilizar los grandes ingresos para fortalecer la producción nacional de bienes y servicios, prefirió la economía de puertos, financiando así la producción extranjera con los llamados dólares preferenciales, mientras, los productores nacionales debieron competir con costos al dólar libre. Utilizaron los recursos petroleros para quebrar la producción nacional.
Hoy, cuando el despilfarro y la corrupción acabaron con los dólares petroleros y bajó el precio del petróleo, estamos en el peor de los mundos, sin producción nacional y sin dólares para importar, es allí donde está la crisis.

Como si lo anterior fuera poco, el gobierno nacional en complicidad con el Banco Central de Venezuela, además de mantener una política cambiaria con varios tipos de cambio, estimulando la falta de confianza, la incertidumbre y la inestabilidad monetaria, en vez de rectificar para corregir los efectos negativos de esas políticas, decidieron ejecutar una política irresponsable para tratar de aparentar normalidad económica, emitiendo cantidades astronómicas de dinero sin respaldo, mientras iban cayendo las reservas internacionales.

De tal manera que el gobierno de Maduro, además de dirigir la guerra económica en contra de la producción nacional, se convirtió también junto con el BCV, en el gran impulsador de la “inflación inducida” que le trata de achacar a la oposición venezolana.

La prueba de lo antes dicho la sustentamos con cifras del propio BCV, con fundamento en las cuales afirmamos: El 31-12-2011 las Reservas Internacionales eran de 29.892 mil millones de dólares, y el dinero en circulación era de 295.656.029 millones de bolívares; en cambio, para enero de 2016, las mismas están entre 15.000 y 16.000 millones de dólares y el dinero en circulación está en 4 billones 28.000 millones de bolívares; es decir, en cinco (5) años mientras las reservas bajan, el dinero inorgánico se incrementó en más de 3 billones setecientos mil millones de bolívares.
Es evidente que la gran emergencia nacional es la rectificación. Es decir, el cambio.

Omar Barboza Gutiérrez

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