Por Juan Marcos Colmenares*, 07/10/2015
"Una
democracia puede llegar a ser totalitaria, porque consultando al pueblo y aun
con el apoyo de todo el pueblo, se puede instaurar la más feroz de las
dictaduras" (Luis Castro
Leiva).
El contexto internacional y la globalización
han hecho que las dictaduras evolucionen. Hoy se disfrazan de democracias, con
campañas electorales, candidatos, elecciones y todo, para tratar de ganar una
legitimidad de la cual carecen.
En Venezuela desde 1999, Hugo Chávez ocupó la
presidencia, asaltó el poder, controló todas las instituciones y se fabricó una
Constitución a su gusto y medida. Y aunque periódicamente hubo elecciones,
estás no fueron ni libres, ni limpias, ni democráticas, porque el Consejo
Nacional Electoral (CNE) cumpliendo sus órdenes las manipuló, para disfrazar a esta
dictadura de democracia.
Hoy 16 años después, el directorio del CNE no
es independiente, ni representa la pluralidad política del país, violando el
artículo 296 de la Constitución Nacional. Cuatro de sus miembros son afectos al
oficialismo y los recursos públicos son ilegalmente usados para favorecer a sus
candidatos. En materia electoral hemos exigido la presencia de representantes
de la OEA, la ONU y la Unión Europea como garantía de la transparencia del
proceso; pero el CNE solo admite a UNASUR que es un títere del Foro de Sao
Paulo, Lula y Maduro, y no posee credibilidad internacional. Eliminó la figura
de los observadores internacionales y los sustituyó por “acompañantes” que solo
se limitan al día del acto de votación, no gozan de autonomía ni libertad
suficiente para observar el proceso en todas sus fases, incluyendo las
auditorías, ni pueden presentar conclusiones ni recomendaciones. Y también
exigimos mantener el uso de los cuadernos de votación y que se cuente el 100%
de las papeletas. En materia de identificación, desde el 2003 el proceso de
cedulación permitió la incorporación de millones de personas indocumentadas al
Registro Electoral con muy pocos controles; y la tecnología de Sistema de
Identificación es provista por la empresa cubana Albet.
Después de los fraudulentos resultados del 14
de abril de 2013 (1,5% de diferencia), el régimen incrementó su escalada
represora, violando la libertad de expresión, sometiendo y silenciando a Ong’s
y medios independientes; persiguiendo, encarcelando, torturando, asesinando e
inhabilitando a estudiantes y líderes de la oposición. Pero, como dice María
Corina Machado, “a pesar de todo eso debemos ir a votar, llamando las cosas por
su nombre, denunciando las trampas y atropellos con firmeza y enfrentando con
fuerza y organización cada obstáculo. Sobre todo, con plena conciencia de que
frente a este régimen primero debemos infringir la derrota política y luego la
derrota electoral”.
Las elecciones parlamentarias del 6 de
Diciembre no deben ser consideradas como un hito o solución final a los graves
problemas de gobernabilidad y legitimidad. Pero, sí son un importante paso hacia
la transición pacífica para la restauración de la democracia, del estado de
derecho y de un cambio; no solo de políticas o de gobernantes, sino en los
valores y en el modelo de sociedad.
Somos mayoría los venezolanos que queremos un
cambio radical lo más pronto posible. Estamos decididos a avanzar
irreversiblemente en la transición hacia la democracia. Debemos tener el coraje
y la valentía de enfrentar al régimen en todos los escenarios. Por eso estamos dispuestos
a salir a la calle, para cobrar la victoria este 6 de Diciembre y en el proceso
de “Transición hacia la Democracia” que desde allí se inicia.
*Abogado
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