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sábado, 18 de octubre de 2014

La caída del precio del petróleo agrava la crisis económica de Venezuela, por @alfredomeza

ALFREDO MEZA Caracas 17 OCT 2014

Caracas importa crudo de Argelia para proteger sus reservas de divisas
El Gabinete de Maduro ha pedido una reunión urgente de la OPEP

La noticia ha caído muy mal entre los opositores del presidente venezolano Nicolás Maduro. Según informó la agencia Reuters, Venezuela espera para el 26 de octubre un cargamento de crudo proveniente de Argelia. Varios analistas indican que ese envío, que aún no ha sido confirmado por la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), es una afrenta a la soberanía del país que cuenta con las mayores reservas de petróleo del mundo.

En realidad se trata de una tímida e insuficiente demostración de pragmatismo. El Gobierno venezolano ha tenido que acudir a esa medida de urgencia para tratar de recortar gastos en medio del descenso de la cotización de la cesta petrolera venezolana —el precio medio del barril de los distintos tipos de crudo del país, que cerró el viernes en 82,72 dólares, unos 65 euros— y la imposibilidad de incrementar la producción a corto plazo.

Venezuela produce crudos extrapesados en la faja petrolífera Hugo Chávez, localizada en el sureste del país, que, por su densidad, requieren ser mezclados con otros componentes para luego ser procesados en las refinerías locales. El elevado costo de la nafta, el diluyente que se está usando, pagado al contado, impactaba de manera significativa en las cuentas de Pdvsa. En este contexto de disminuidas reservas de divisas internacionales y de elevadas obligaciones fiscales, cualquier ahorro es bien visto.

Según Reuters, Caracas ha preferido firmar un contrato de suministro con Argelia —que exporta Saharan Blend, un crudo extra ligero más fácil de refinar— que le permite un alivio en sus cuentas y darle un respiro al flujo de caja de la estatal petrolera, que contribuye con 96 de cada 100 dólares que ingresa el fisco nacional.

Es una medida casi imperceptible para la población. Maduro se ha negado a incrementar, por ejemplo, el precio de la gasolina —que casi se regala— y otros derivados. El subsidio a ese combustible costó al Estado en el primer semestre de 2014, según cálculos de la firma Ecoanalítica, unos 14.592 millones de dólares, un 13,3% más que en el mismo periodo de 2013.

El Gobierno ha preferido entregar menos dólares al sector privado de la economía, que tiene deudas con sus proveedores, que han causado una creciente escasez, desde el papel higiénico hasta los medicamentos. En Venezuela rige un severo control cambiario desde 2003.

En este escenario crítico el Gobierno ha dado otras muestras de pequeño pragmatismo. Pdvsa ha decidido recortar los envíos de crudo que no generan ingresos —como el acuerdo de PetroCaribe, que establece intercambio de petróleo por bienes esenciales para la economía local—. La producción petrolera local se contrajo en 195.000 barriles diarios en el segundo trimestre de 2014. Actualmente, según firmas independientes, roza los 2.700.000 barriles.

Maduro asegura que el Gobierno tiene “planes, para pasar cualquier situación así tiren los precios del petróleo donde los tiren, para sustituir y garantizar las divisas que necesita el país para el funcionamiento de la economía”.

El economista Francisco Faraco aseguró a este diario que para mantener el nivel de gastos del Gobierno requeriría de una cotización de 120 dólares por barril, algo impensable en el actual contexto.

Maduro solicitó una reunión urgente de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que tiene previsto un encuentro el 27 de noviembre, para plantear recortes de la producción y evitar la caída de los precios, pero uno de los miembros más poderosos de la alianza, Arabia Saudí, no parece muy apurado y está dispuesto a aceptar el precio del mercado.

Además, hay una sobreoferta de petróleo debido al incremento de la producción a partir de esquistos (un tipo de roca) en EE UU, a la desaceleración del crecimiento de China y la cada vez más lenta recuperación de la eurozona.

Ante este escenario, el consenso de los analistas de la OPEP, la Agencia Internacional de Energía y el Departamento de Información Energética de Estados Unidos es que la demanda mundial de petróleo crecerá 1,2% este año, un crecimiento a la par con el de la oferta. Las cuentas de Venezuela comienzan a exhibir la realidad del mercado petrolero mundial. A fines de la semana pasada tenía poco más de 19.000 millones de dólares en reservas internacionales, el nivel más bajo desde octubre de 2003.


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