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sábado, 11 de octubre de 2014

“El oficialismo hará todo lo posible para mantener la mayoría legislativa”, por @manuelfsierra

Manuel Felipe Sierra Octubre 10, 2014

Entrevista a ernán Lugo Galicia – Periodista y analista político.
Pese a las peleas internas el chavismo se mantiene unido, porque dividido es presa fácil de cualquier proyecto contrario. Para Maduro tomar una decisión tiene que consultar a siete personas, en el caso de Chávez él se consultaba a sí mismo. El Congreso del PSUV fue “teledirigido” por la cúpula, señala el redactor de la fuente política de El Nacional.

Además de haberse desempeñado como Secretario General del Colegio Nacional de Periodistas, tiene varios años inmerso en el proceso político venezolano. Se le considera uno de los analistas mejor informado sobre lo que ocurre en el mundo chavista, de allí que sus notas y crónicas se hayan convertido en valiosas referencias para entender muchas de las claves de la situación que vive el país. Estas son sus reflexiones para los lectores de ABC de la Semana.

— A raíz de la muerte de Hugo Chávez se dijo que el Partido Socialista Unido de Venezuela y más allá de él, el mundo chavista entraría en un proceso de deslinde y que era factible, además de los enfrentamientos que ya existían que eran postergados por el liderazgo de Chávez, que se abriera nueva etapa en el PSUV. ¿Ello ha ocurrido?
— Yo creo que el chavismo, a diferencia de la oposición, ha entendido que la única forma de mantenerse a pesar de que existen tendencias y de que existen corrientes, es a través de un pacto que data desde 2010. Ya desde 2006, William Lara concebía la necesidad de que en el chavismo, a pesar de las diferencias y divergencias existiera una especie de pacto dentro de las cúpulas, sobre todo de las cabezas de la Revolución. A partir de allí, se genera un proceso bien interesante que comenzó con un pacto para las elecciones legislativas y luego para la escogencia de los gobernadores, y como conductor de ese pacto aparece en 2010 Elías Jaua. Por esa razón, aún cuando hay peleas internas y la gente percibe que hay cuatro figuras claves, vemos cómo se mantiene el chavismo unido, porque ellos están conscientes de que divididos son presas fáciles de cualquier proyecto contrario.

— Cuando hubo ese paréntesis por la muerte de Chávez se habló mucho (incluso ello se manejó desde sectores de la oposición) sobre quién podía ejercer el nuevo liderazgo: Nicolás Maduro o Diosdado Cabello. Y parece ser que, si no lo hubo expresamente, se llegó a una especie de acuerdos entre ambos. ¿Esas diferencias entre Maduro y Diosdado son de tal magnitud o simplemente tienen que ver con impases que son normales en el juego político?
— Creo que existen discrepancias de forma en cómo hacer las cosas. No olvidemos que Diosdado Cabello viene del sector militar y por supuesto, sus decisiones siempre van a ser como verticales. En el caso de Maduro, tiene alguna formación civilista, por llamarla de alguna forma, y ello le permite tener que, por ejemplo, consultar ciertas cosas. En el caso de Chávez él se consultaba a sí mismo, pero para Maduro tomar una decisión tiene que consultar a siete personas. Allí es donde vemos que de alguna manera hay un pacto o una necesidad de mantenerse unidos.

— ¿Quiénes son esas siete personas?
— Me refiero a quienes integran el buró político dentro del PSUV, pero lo más visibles y quienes tienen más influencia son por ejemplo: Tareck El Aissami; Héctor Rodríguez; Rafael Ramírez; Francisco Ameliach; Luis Reyes Reyes, que tiene una presencia muy importante por haber sido uno de los que acompañó a Chávez durante la asonada militar; Cilia Flores, por supuesto, porque fue el enlace entre Chávez y Maduro, porque ella conoció primero a Chávez cuando se convirtió en su abogada defensora; y Ramón Rodríguez Chacín. Esas siete personas conforman lo que pudiéramos llamar el “cogollo” dentro del partido porque durante los últimos meses hemos comprobado que la Dirección Nacional ha sido desplazada, precisamente por esta especie de cúpula que decide y luego le informa a los miembros de la dirección, quienes simplemente tienen que acatar esas decisiones.

Corrientes y tendencias

— También está el peso que recientemente ha adquirido Francisco Arias Cárdenas.
— Arias Cárdenas entró en esta nueva etapa, recordemos que estuvo retirado y además enfrentado abiertamente a Chávez y eso hizo que gente le tenga cierta reserva. Sin embargo, en el caso de Arias Cárdenas, está construyendo una especie de “referencia nacional”, es como una especie de Henry Falcón en el caso de la oposición. Es decir, quiere construir una vitrina para que la gente pueda decir “si esto lo hizo en Zulia eso lo puede hacer en toda Venezuela”.

— Esos siete, en la práctica, son la cúpula de la dirigencia burocrática del partido, pero también hay diferencias ideológicas que tuvieron su primera expresión en la carta de Jorge Giordani y en las declaraciones posteriores de diversos voceros.
—Pudiéramos decir que desde 2011 para atrás podríamos echarle toda la culpa de lo bueno y de lo malo a Chávez, ahora tenemos que echarle la culpa a Maduro. Entonces, a partir de allí se han generado ciertas visiones sobre cómo debe construirse el socialismo o cómo continuar el proyecto chavista. Vemos a un Maduro entrampado porque él tiene que tomar decisiones, por ejemplo, para poner a producir el país tendría que entenderse con los empresarios, sin embargo eso es mal visto por lo los sectores radicales.

— Sin embargo, por lo menos Maduro ha hecho intentos y se han establecido algunas comisiones con el sector privado…
— Hay acuerdos y de 59 que habían se aprobaron 56. Es decir, dentro de las filas del chavismo están viendo que hay acercamientos de Maduro con el sector privado, lo cual tiene lógica porque el Presidente necesita que las empresas produzcan para poder resolver el problema del desabastecimiento y la inflación, porque cuando la gente le pida comida simplemente tiene que responderle y eso evidentemente no tiene ningún tinte ideológico sino más bien un tinte pragmático. El hecho de que haya estado en las Naciones Unidas evidencia lo pragmático que puede ser Maduro. También vemos cómo hace unos días el Gobierno se reunió con un encargado de negocios de la Casa Blanca y a raíz de ello hemos visto como se han facilitado algunas cosas: el hecho de que designara a un representante nuestro en Estados Unidos; que la hija de Chávez quiera ser representante ante la ONU y vivir en un status de diplomático en Nueva York; y la decisión de no vender CITGO y simplemente tratar asociarla con capital norteamericano. Es decir, estas son acciones de alguien que está pensando en cosas que evidentemente van a chocar con los sectores radicales como la Marea Socialista y el Partido Comunista que están exigiendo mayor centralismo, con un control del Estado más fuerte y las condiciones actuales no permiten ello porque por ejemplo, si el Gobierno decidiera tomar toda la producción de alimentos del país no duraría ni dos o tres mes.

Elecciones Parlamentarias

— Ahora, cuéntanos de esta tendencia ideológica que se ha expresado en la Marea Socialista y esos grupos estimulados por los planteamientos de Nicmer Evans y Héctor Navarro, quien por cierto viene del núcleo inicial del chavismo universitario, que hizo aquellos primeros planteamientos teóricos que sirvieron de base a los programas de Chávez cuando ni siquiera era candidato presidencial.
— Sí, en ese momento existía la Agenda Venezuela y ellos estaban proponiendo una agenda alternativa, la Bolivariana, y comenzaron a trabajar en eso. Ahora, en el PSUV esas personas que son disidentes y radicales han buscado canales de expresión. Marea Socialista (coordinada por Gonzalo Gómez, quien también es director y fundador de Aporrea) pasó de ser un movimiento sindical en el estado Bolívar con unas ramificaciones políticas en Caracas, a dar directrices de cómo debe ser su llamado proceso revolucionario. Además, está la corriente Bolívar-Zamora, que está integrada por campesinos y pescadores, y que tiene un peso importante porque si uno revisa la última Constitución del Consejo Presidencial de Gobierno, de 459 delegados dentro del país ellos tienen 150. Es decir, que no sólo participan sino que tienen claro los objetivos que quieren lograr, que en este caso no es sólo recuperar las tierras y empezar a producir, ellos están pensando en que el Estado debería entregar más tierras a los campesinos. Hay también otros movimientos que son como el Bloque Popular Revolucionario y el Comando Revolucionario, que tienen incidencia sobre las actividades dentro del PSUV.

— Y con respecto a esas tendencias y esos movimientos se especuló (con mucha razón) que podrían plantearse diferencias en el Congreso del PSUV, pero parece que esos pronósticos se cayeron y Nicolás Maduro logró, al menos con las conclusiones del evento, ratificar su liderazgo, no sólo como Presidente de la República, sino como jefe del partido.
— Desde un principio ese congreso fue controlado, fue digamos “teledirigido”. Si uno revisa el método de elección de ese congreso uno se da cuenta dónde estaba la trampa. Primero, se dijo que todos los militantes del partido podrían postularse y no fue así, fue a través de unas “unidades de batallas electorales” donde diez personas se anotaban y a partir de allí se aceptaban o no que fueran candidatos. Es muy diferente que tú digas que es una elección abierta donde pueden inscribirse los siete millones de personas que militan en el PSUV, a que digas que sólo pueden inscribirse quienes participan en las patrullas, y estamos hablando de 13.656 patrullas que hay en todo el país. Posteriormente, durante el proceso de elecciones les informaron que tenían un total de 532 puestos que habían que elegir pero se estaban postulando 1.500.000 personas. Además, luego de que se dieron las elecciones, se les indicó que había que hacer una depuración, que no hicieron los militantes sino que hizo la Dirección Nacional junto con las direcciones regionales. Entonces, cuando vemos la composición final del congreso, básicamente los miembros electos como delegados responden a las tendencias de los alcaldes y gobernadores del partido, por lo tanto, evidentemente allí no se iba a presentar ninguna disidencia y la mejor muestra es que ni siquiera la carta entregada a Diosdado Cabello por Héctor Navarro se discutió. Ese congreso sirvió para eso, para tener un control sobre todas las decisiones, y en primer lugar, ratificar a Maduro como Presidente, y además que él de alguna manera se adjudicara atribuciones como eliminar el proceso de selección a las regiones y los municipios, y decidir que sea la cúpula y él quienes escojan a los candidatos para las parlamentarias de 2015.

— Pasada ya esa etapa, viene el tema de las elecciones parlamentarias del próximo año. Al parecer, el PSUV ha trazado una estrategia que consiste que sus planchas estén integradas en un 50% por personas menores de 30 años, y como dices en tus artículos de El Nacional, a diferencia de la oposición el chavismo tiene una estrategia muy clara para lograr la mayoría en la Asamblea Nacional.
— Para el oficialismo la Asamblea es considerada como estratégica. En este momento el PSUV tiene 99 diputados a través de la alianza con el Partido Comunista y la Unión Popular Venezolana (UPV). Ello le ha permitido aprobar leyes por mayoría simple, pero el año 2015 se va a tornar desde el punto de vista económico bastante difícil y ellos han señalado que el Parlamento podría convertirse en una especie de organismo contralor que ejercerá sus funciones reales y que evidentemente, pudiera incluso acortar el periodo presidencial. Por esa razón vemos cómo Diosdado ha comenzado a hablar del tema de una forma enérgica, haciendo un llamado a toda la militancia para que la oposición no logre lo que parece inevitable desde el punto de vista de las encuestas. Sin embargo, no olvidemos nunca que el chavismo siempre encuentra fórmulas para controlar la situación.

 Tal como ocurrió en las elecciones de 2010…
— Exacto, cuando inventaron los circuitos y eso les permitió obtener mayor número de escaños a pesar de tener menor número de votos. Pero definitivamente es vital, aunque el Gobierno no lo entienda así, tener una Asamblea que supervise, que legisle y que haga contraloría social, eso es importante en el tema democrático. Pero lamentablemente dentro del chavismo no lo ven así, lo ven más bien como una perversión, como una forma de detener el “proceso revolucionario” y por eso van a hacer todo lo posible para mantener esa mayoría que ahora tienen.


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