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viernes, 17 de octubre de 2014

Economía de las colas, @AIPOPTWITT


Por Dr. Mauricio Perez – Badell, 05/10/2014
Boletín 202, AIPOP

Nuestro Estado Permisero, nos ha convertido en un Estado Colero. Pura pérdida de tiempo. Trámites inútiles, ilógicos, que enredan y engalletan. Valor sustraído. Nada de valor agregado.

Los Registros Principales, se han convertido en una calamidad. Hay que estar en las colas desde la madrugada. En el del Distrito Capital, solo permiten la presentación de un documento, por persona y por semana. Esa mala práctica debe ser eliminada, por lo menos, para los titulares, ascendientes y descendientes directos y cónyuges. Si se tratan de documentos de la misma persona o núcleo familiar, los apoderados no debieran tener limitaciones para sus presentaciones.

Hay Registros, donde no existe la posibilidad de pagar la Planilla, en efectivo, cheque, tarjeta de crédito o débito. En todos esos Registros, Principales o Subalternos, hay que colocar un punto de venta. Se evitaría situaciones como la que me ocurrió hace poco. El Banco del Tesoro en la Estación del Metro de Los Teques, no tenía línea. En el Banco Industrial, los empleados se habían ido a almorzar. Llegarían después de las 14:00. En el centro de Los Teques, la del Banco de Venezuela estaba con largas colas. En la del Bicentenario, luego de una cola de 15 personas, ya que no tienen cola para la tercera edad, ¡Pude realizar el pago de la planilla!

Hay que optimizar los tiempos de “Revisión” de los documento. Luego de haber hecho una cola desde las 7am, al llegar a la taquilla de presentación, me recibieron los 2 documentos. Se me informo que esperara afuera. Tenían que revisarlos cuidadosamente, ambos iguales, copias certificadas de una partida de matrimonio. Solo 45 minutos después, fui llamado para llevar las 2 Planillas Únicas Bancarias a la taquilla donde son numeradas.

Una solución sería el que se crearan otros Registros Principales en las principales ciudades de cada Estado , a objeto de descentralizar los procesos de legalización de documentos y de títulos, o delegarse en todos los Registros Subalternos, la facultad de legalizar firmas y títulos, hoy solo desempeñada por los Registros Principales. Por depender del mismo órgano, el MPPRIJP. En la misma taquilla Única, se legalizara de una vez por el MPPRIJP, la firma del Registrador., y se apostillara o legalizara por Cancillería.

Los Registros Mercantiles son un caos. Es una hazaña registrar una Asamblea de Accionistas, Junta Directiva, venta de Acciones, o cualquier otro acto que requiera ser registrado. Principiantes con menos edad de vida que la de graduados de los presentantes, se han convertido en las asistentes con poder de veto. “O hace lo que le digo y pido, o no lo registro”. El Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual, SAPI, es un desastre. Atrasado, todo es un misterio y está en “Revisión”. Se tardan años en emitir un título de propiedad intelectual, si es que finalmente lo producen.

No podemos seguir así. Los hipercontroles ya no se soportan. Hay que eliminarlos, por lo menos en un 75%. Simplificarlos, no hacerlos más complicados. La Cancillería, recibía hasta 15 documentos, en la madrugada del día que tocara por número de cedula. Se presentaban. Al otro día, luego de horas de cola, se recogían apostillados o legalizados. Ahora, con cita por Internet, la dan para dentro de un mes. Siguen las colas para presentar y retirar. El costo económico de las colas, trámites y permiseria es incalculable. Destruye trabajo y riqueza. Son obstinantes. ¡Hasta cuando! No más colas.


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