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lunes, 8 de septiembre de 2014

Sacudón sin soluciones, por Omar Barboza Gutiérrez

Omar Barboza Gutiérrez septiembre de 2014

Los venezolanos angustiados por el alto costo de la vida, el desabastecimiento, la inseguridad personal, los constantes apagones acompañados por el incremento de las tarifas eléctricas, los apuros para poder conseguir y pagar una medicina, o para comprar los útiles escolares y los uniformes, se sintieron reconfortados por el anuncio hecho por el Presidente Maduro, según el cual, el pasado martes daría a conocer al país una serie de decisiones y medidas que él llamó el sacudón dirigidas a la solución de los graves problemas que afectan la calidad de vida de los ciudadanos.

Luego de oír la extensa exposición del Presidente en cadena de radio y televisión nacional, esas esperanzas se convirtieron en una nueva frustración. La intervención presidencial se centró principalmente en explicarle a los militantes del PSUV acerca de cuál era el plan para mantenerse en el poder, y en cómo se van a repartir los cargos burocráticos en el gobierno dentro de los diferentes grupos que hacen vida en el partido oficial y que reclaman una parte de los privilegios que se derivan del ejercicio de los cargo públicos, que se redistribuyeron ese día, caracterizados por enroques, cambios de nombre de los despachos, eliminación o fusión de ministerios y creación de varias vicepresidencias para facilitar el reparto en cuestión .

Sucedió algo inconcebible: en un gobierno que fuera serio y que esté enterado de cuáles son los problemas principales que están afectando a sus gobernados, no debieran utilizarse en la construcción del discurso tijeras especiales para eliminar de su contenido todo lo que le interesa a la gente, y referirse solo a lo que desean los que están enchufados en el poder.
Cuando la inflación que es el peor azote del pueblo, llegó a final de julio al 66%, el Presidente en todo lo que habló no mencionó esa palabra, se le olvidó explicar cómo es que en un país al cual le han ingresado tantos miles de millones de dólares, la vida esté mucho más cara que en todos los países vecinos, y mucho menos explicó qué pensaba hacer para corregir el grave efecto de esta situación en la familia venezolana, a pesar de que la inflación en alimentos ya llegó al 90%.

No dedicó ni un minuto a explicar cómo va a hacer para detener la impresión de billetes sin respaldo por parte del Banco Central de Venezuela (BCV), los cuales al entrar en circulación ponen los precios por las nubes porque hay mucho papel moneda, pero en la misma proporción se reduce la oferta de bienes y alimentos en vista del grave daño que la política económica de este gobierno ha ocasionado a la producción nacional. Por supuesto, es un acto de irresponsabilidad del Presidente anunciar un sacudón, hablar horas, y no referirse al principal problema que afecta la vida de los venezolanos, que es una carestía insoportable de todos los bienes.

El segundo problema que llena de angustia, lágrimas y luto al pueblo venezolano es el de la inseguridad ciudadana, al extremo de que ya el anuncio de miles de homicidios, o de personas heridas, o secuestradas por el hampa desatada, o por la guerra entre traficantes de drogas que nadie persigue, hace que nuestra Venezuela sea hoy uno de los países más peligrosos del mundo, donde el número de fallecidos por la violencia es mayor al de cualquier país que esté en guerra actualmente. Sin embargo, al Presidente que anunció un sacudón se le olvidó decir aunque sea una palabra relacionada con esta tragedia que acorrala a la sociedad venezolana. Incluso trató con tanta indiferencia el asunto, que cuando se refirió al Ministerio para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, principal responsable de la seguridad ciudadana, tradicionalmente el ministerio más importante del país por la alta responsabilidad que tiene en esta materia lo redujo de categoría de tal manera que en esa repartidera de cargos y posiciones, lo ubicó en un pool de cinco ministerios coordinados por una Vicepresidencia, dirigida por el Ministro de Relaciones Exteriores, algo único en la historia de Venezuela, como lo es el hecho de que las relaciones exteriores coordinen las relaciones interiores; por supuesto, todo esto genera frustración, descontento y rechazo.

Para cerrar con broche de oro, cuando todos los Estados del interior del país están protestando por los apagones y el incremento de las tarifas eléctricas, con varios escándalos sin aclarar acerca del destino de los miles de millones de dólares y bolívares destinados al sector con resultados cada vez peores, el Presidente ni habla de esto, pero si ratifica al Ministro para la Energía Eléctrica, lo que significa ratificar la política de los apagones, el aumento de las tarifas, y la falta de transparencia en el sector eléctrico. Hay que sacudirse a este gobierno, hoy más que nunca se hace urgente el cambio político.


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