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viernes, 5 de septiembre de 2014

El sacudón, un ajuste burocrático dentro de la mediocridad, por @ENouelV

Por EMILIO NOUEL - sep 5, 2014
@ENouelV

Lo dicho: plus ça change, plus c’est la même chose. Nada nuevo en el discurso, la misma retórica manida y hueca, ideología de pacotilla para incautos y gente poco informada. Mientras más cambiamos, más somos lo mismo; corrijo, estamos peores. Rumbo franco al precipicio, gracias, y parafraseando al poeta, a los vapores de la fantasía de un petrosocialismo fallido, decadente.

Tampoco nada novedoso en los cambios ministeriales; sólo reciclaje y enroques entre la mediocridad imperante. Un incapaz y fracasado en un cargo lo trasladan para que ponga la torta en otro, y la mayoría se queda en su lugar. ¿Dónde está el sacudón?

La maraña burocrática se hace más intrincada e irracional, y una vez más, la manía nominalista se desmanda para hacer creer que el fondo de las cosas mudará por arte de magia colocando un apelativo diferente para los cargos. De manera solemne y rimbombante se proclama: “Vicepresidente para la soberanía política”, “Vicepresidente para el Desarrollo del Socialismo Territorial”. ¡Vaya usted a saber de qué diablos se ocuparán estos cargos!

Aparte del desvarío que evidencia quien los creó, el único sentido que uno ve en estas designaciones es que se han hecho para repartir cuotas de poder entre alacranes rojos desavenidos. ¿Cuál facción avanza en este reajuste? ¿Cual retrocede? No está claro.

Maduro no asume que haya algún problema en el país, todo estaría marchando a las mil maravillas, a lo sumo, hay dificultades en los trámites burocráticos que debemos hacer los ciudadanos. La grave crisis que golpea inmisericordemente los bolsillos de los venezolanos sería un invento de la oposición.

No hay dólares para importaciones de productos básicos, medicamentos y materia primas, generándose, por tanto, una gran escasez, pero eso no es más, según el presidente, que una patraña difundida por la burguesía.

Para descaminar a la gente, conciben una engañifa acerca del trasiego de productos de consumo masivo hacia Colombia, haciendo el ridículo ante el mundo con conceptos disparatados como el de “contrabando de extracción interna”.

Los empresarios -los que quedan- pequeños, medianos y grandes, no pueden otear el futuro, incapacitados de hacer cálculos para sus negocios. Inflación, tasas de interés y de cambio, controles, crecimiento del PIB, empleo, producción, en tales índices sólo hay incertidumbre, quedando sólo margen para la adivinación. El BCV esconde ilegalmente las cifras de la inflación mensual desde hace dos meses.

Un mínimo propósito de enmienda en el gobierno ni por asomo se ve. Brújula pérdida, si es que alguna vez tuvo alguna. Repetición de experimentos de aprendiz de brujo. Reincidencia en los desaciertos propios y los ajenos.
No hay lucidez, ni deseos de rectificar, mucho menos intención de dialogar con el país. No hay conciencia del crítico brete en que estamos. La ideología desquiciada se impone, y cuando no, es una aberrante voluntad de aferrarse al poder por el poder mismo. No es de extrañar que la postergación de medidas económicas necesarias se deba a perspectiva incierta de las parlamentarias de 2015. Mientras tanto, que el país se termine de hundir.

Por lo pronto, seguimos cuesta abajo y sin frenos hacia la debacle. El gobierno quiere arrastrarnos a todos a su curso suicida. Lo que queda claro es que con mediocres y corruptos no saldremos de este angustioso trance.


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