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sábado, 6 de septiembre de 2014

Católicos venezolanos exigimos respeto, por @VzlaEntrelineas

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María Denisse Fanianos de Capriles 05 de septiembre de 2014
@VzlaEntrelineas

Hace días en una reunión política del actual régimen venezolano se rezó una plegaria donde se manipulaba la oración por excelencia del cristiano: El Padrenuestro, para rendirle culto a una persona ya fallecida.

Ese día, en el tuiter, se pudo leer cómo cientos de católicos y no católicos (aún algunos simpatizantes de este régimen) mostraron su descontento por tal acción y exigían un pronunciamiento de nuestros obispos ante tal manipulación.

El primero que emitió un comunicado fue Monseñor Mario Moronta quien claramente dijo que: “el Padre Nuestro no se debe trastocar, ni cambiar, ni parafrasear en su contenido, pues fue inventada por el mismo Dios que se hizo hombre: Jesucristo”.  Este pronunciamiento del prelado tachirense tiene gran valor, no sólo por su cercanía con el fallecido Presidente, sino porque él es asesor de la Congregación de la Doctrina de la Fe, ministerio del Vaticano que vela por las tradiciones y doctrina de la Iglesia.

Seguidamente los obispos de Caracas, encabezados por nuestro Cardenal Jorge Urosa Savino, emitieron otro comunicado diciendo que: “El Padre Nuestro lo enseñó Cristo en el Sermón de la Montaña y por ello es intocable”… “Así como a nadie se le permitiría cambiar la letra del Himno Nacional para honrar a una persona, tampoco a nadie le es lícito cambiar el Padre Nuestro o alguna otra oración cristiana, como el Credo. Los símbolos, oraciones y elementos religiosos católicos se deben respetar”… “Quien dijera esa versión nueva e indebida del Padre Nuestro ateniéndose al texto literal estaría cometiendo el pecado de idolatría, por atribuir a una persona humana cualidades o acciones propias de Dios”… “Respetando el afecto que muchos venezolanos tienen por el difunto Presidente es preciso recordar que el Padre Nuestro forma parte del patrimonio sagrado de la Iglesia Católica y de todas las Iglesias Cristianas, en el mundo entero. No es lícito modificarlo, manipularlo, instrumentalizarlo. Los católicos exigimos que se respete el Padre Nuestro”. Por ello, pidió a los dirigentes evitar la difusión de esa supuesta oración, para que no haya otro motivo de división del pueblo venezolano.

Luego de estos pronunciamientos ¡necesarios y muy acertados de nuestra jerarquía eclesiástica! algunas autoridades del gobierno señalaron a nuestros obispos como un grupo de inquisidores que “no sabían entender y amar al pueblo”.

Como católica que soy de este país puedo decir que los obispos emitieron esos comunicados respondiendo a las exigencias del pueblo católico, quien no quiere que nuestra religión sea manipulada con fines políticos.

Los políticos que nos gobiernan tienen que entender que una cosa es la fe y otra la política, y que nuestros símbolos y creencias religiosas son sagrados y que no pueden ser manipulados (bajo ninguna circunstancia) para rendir idolatría a un hombre o a un sistema.

Es necesario que los políticos venezolanos se aboquen a poner fin a la descarada corrupción que existe en nuestro país y a resolver los miles de problemas que los venezolanos estamos padeciendo día a día.

¡Dejen a nuestra Iglesia Católica y a nuestra jerarquía en paz! ¡Ya basta de manipular nuestra Fe! ¡Ya basta de insultos contra nuestros obispos! ¡Todos ellos están cumpliendo una labor pastoral ejemplar de entrega y dedicación absoluta a las necesidades de su grey! ¡Ellos han sido perseguidos, insultados y maltratados como nunca antes en nuestra historia! ¡Ya basta de querer seguir desprestigiándolos a través de los medios del gobierno!

¿Es que acaso nuestras autoridades no entienden que los millones de católicos que cada día más asisten a nuestras iglesias a rezarle a Dios por nuestro país y sus necesidades saben muy bien de que lado están nuestros obispos? Están del lado de la Verdad, de la Justicia, del pueblo, del lado de los más necesitados, del lado de quienes no consiguen comida, de quienes no consiguen sus medicinas, de quienes no pueden comprar los útiles para sus hijos, de quienes no tienen trabajo, vivienda… Ellos están dejando su vida por este país y por sus hijos venezolanos. ¡Ya basta de decir falsedades e injurias sobre lo que ellos son, sobre cómo viven y sobre lo que hacen!

No sigan jugando con la Iglesia, porque la Iglesia es santa. No sigan jugando con el pueblo católico venezolano y mucho menos con el sagrado nombre de Dios. Dedíquense a resolver los problemas y dejen a nuestra Santa Iglesia Católica en paz.

Pidamos, como pidió nuestro Cardenal al final del Comunicado, la protección de la Virgen de Coromoto y a “unirnos en torno a Jesucristo, Dios y hombre verdadero, rezando el auténtico Padre Nuestro, para pedir a Dios la paz y la concordia en nuestra querida Venezuela”.


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