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sábado, 2 de agosto de 2014

Smartphone en Venezuela y el fin de los años dorados, Heberto A. Vallejo


Por Heberto Alvarado Vallejo, 01/08/2014

A finales del año 2003 el mercado de telecomunicaciones en Venezuela, en especial el parque de teléfonos móviles, iniciaba una recuperación histórica. Luego del impacto del"paro petrolero" de 2002 y la posterior crisis política que se prolongó por buena parte del año, las empresas del sector, fabricantes y consumidores entraron en armonía.

El mercado tuvo un año de impresionante crecimiento. El estancamiento de la crisis política dejó los indicadores de penetración a niveles de 2001. El país corría el riesgo de acabar con su histórico liderazgo regional, que llevó a Venezuela a ser la primera nación en América Latina en disponer de redes GSM y CDMA en plena convivencia y que estimuló en el país inversiones muy importantes.

La industria entendía que el país apenas comenzaba a crecer. Del 25% de penetración móvil celular que se tenía a finales del siglo XX, el país evolucionó. Para ese cierre del año 2003 y comienzos de 2004, la penetración móvil se acercaba al 40% con algunos atributos especiales: al ser nuestro país un mercado mayoritariamente CDMA, tenía acceso adispositivos tope de línea.

El impulso que daba Verizon, como principal inversionista de CANTV se hacía notar. El país instaló redes EVDO (3G+) casi 4 años antes que las naciones vecinas. La apuesta de Verizon era, asombrosamente entendida por el consumidor, que rápidamente asimiló la tecnología.


Lo que vimos entre 2004 y 2007 fue asombroso. El país tuvo grandes momentos, el impacto Nokia con su Serie N, en especial el N-95. Samsung, con su "ojo azul"; y la incipiente llegada de BlackBerry, fueron especialmente recibidas por los consumidores.
La antigua RIM, acuñó frases, inició campañas de mercadeo a partir del toque los consumidores venezolanos le dieron a sus Smartphone, a sus PIN, al BB Messenger. 

Lanzamientos mundiales, presencia de medios venezolanos en los principales eventos tecnológicos de la industria y consumidores que evolucionaban en los usos de los celulares, era una tendencia creciente en el que se llegó a considerar el mejor mercado para la industria móvil de América Latina y uno de los 4 mercados más avanzados del mundo.

El comienzo del fin

Si bien los 7 años de ORO del mercado móvil venezolano se vivieron durante el férreo CONTROL DE CAMBIO, no hubo mayores problemas para el consumidor, pues la compra, la oferta y los planes y promociones que hacían los operadores se mantenían muy atractivos para el ciudadano.

Los 15 millones de teléfonos que se comercializaban en Venezuela anualmente, no tenían mayores filtros para su colocación en tiendas, especialmente en los agentes autorizados de operadores. El llamado "dólar permuta" y las demás adquisiciones que se hacían por el mercado de valores, daban aire al mercado.

En 2011, con el fin del mercado de permuta y la radicalización de los controles, se dio una puñalada al mercado móvil celular venezolano, que lamentablemente, lleva un lustro perdido. Un período que paradójicamente ha significado la mayor evolución tecnológica de la industria.

Para 2007, Venezuela tenía la taza más corta de reposición de teléfonos. En promedio, un Venezolano cambiaba su teléfono cerca de dos veces al año (1.3) Renovación que no fue estimulada por las operadores, que si bien subsidiaban equipos, lo hacían para los pocos clientes post-pago, que en el país, no llegaron nunca al 5% del total del mercado.


La cifra se redujo dramáticamente. Si bien no hay datos oficiales que reporten cuál es la tasa actual de reposición, se estima que esté a niveles por debajo del promedio de América Latina. La escasa oferta de equipos, el elevado precio de venta en el mercado gris y la ausencia de políticas claras que abran el mercado móvil, estacan al sector.

Para 2010, antes del comienzo del fin, Venezuela tenía un parque celular bastante renovado. Más del 50% de los consumidores tenían equipos Smartphone, por encima de 300 dólares. El mercado, valía la pena. Los operadores establecidos en el país, contaban con el mayor ARPU (Ingresos por usuario) de América Latina.

Un elemento crucial para esta prosperidad era el poder adquisitivo de los venezolanos que le garantizaba ingresos promedios por encima de los 500 dólares. La clase media, consolidada e incluso las clases trabajadoras, tenían la posibilidad de adquirir equipos de alto perfil tecnológico.

La ausencia de créditos blandos para la adquisición de vivienda y vehículos, dejaban con pocas opciones a los consumidores que apostaban por un Smartphone como consuelo, y símbolo de estatus. 

El elemento social, cultural y el gusto del consumidor por la tecnología hicieron una mezcla perfecta para estimular y propiciar el activo mercado de Smartphone venezolano.

¿Control o cierre?

La relativa prosperidad del mercado móvil culminó al cierre de 2012. Cuando se generó el filtro burocrático, que opacó el mercado. Telecom Venezuela, ente de Gobierno que en su enésima reestructuración se encargaría de tramitar todas las solicitudes de Smartphone, para la posterior aprobación de divisas y adquisición de equipos, hizo lento, lerdo y arcaico al mercado.

Como resultado, escasez, ausencia de oferta y limitada colocación de marcas. Las empresas, las pocas que colocan equipos en el país, apelan por los dispositivos más económicos, que garantizan ventas más rápidas. 

Consecuencia de tal acción es el envejecimiento del parque móvil celular venezolano. Los pocos usuarios que pueden adquirir un Smartphone tope de línea, deben apelar por el mercado gris, donde se pueden encontrar equipos a más de 10 veces un salario mínimo. (Por encima de los 50 mil bolívares). 

Si consideramos que el promedio de ingresos de los venezolanos bajó dramáticamente a menos de 200 dólares mensuales; las posibilidades para adquirir esos equipos de 300 dólares o más que tanto nos gustaron, simplemente se redujeron al mínimo posible. En consecuencia, el perfil tecnológico del consumidor venezolano, bajó drásticamente en menos de 5 años. Una caída que ha venido de la mano con la evolución que han tenido otros mercados de la región, que ahora, están por encima en oferta y servicios que nosotros.

¿De qué nos estamos perdiendo?

El "boom" de las aplicaciones móviles, el auge de las tabletas, la oferta de contenidos en Streaming de vídeo; las conexiones TV Internet Multipantalla son apenas un esbozo de los servicios que no sólo se hubiesen establecido en el país. La generación de empleos, inversiones extranjeras y locales, auge de los servicios, hubieran tenido asidero permanente en Venezuela.

Servicios de Gobierno Electrónico, Comercio Electrónico y servicios de pago, afianzados en NFC, 4G, WiMAX y otras plataformas habrían llevado al país, en este 2014 a niveles de uso que no podríamos imaginar. 

Si las tendencias se hubiesen continuado, actualmente el país tendría un parque de Smartphone cercano al 90% del total de teléfonos, con niveles de penetración por encima del 120%. 

Todos estos consumidores, las empresas y los entes de la administración pública hubiesen aprovechado tales características del mercado. ¿Cuántos servicios pagaríamos por internet, cuántas empresas de servicios se hubiesen establecido; cuántas inversiones hubiesen llegado al que fuera, sin dudas, el 4° mejor mercado móvil del mundo?

La respuesta a esta interrogante, queda abierta. Lo cierto, es que cualquier aproximación a una recuperación del mercado se ve lejana. Una vez llegue, pasará tiempo para que el país retome su habitual ritmo de consumo y uso de la tecnología móvil. Mientras tanto, debemos seguir viendo la evolución tecnológica mundial desde lejos.

Ahora, más que nunca en nuestra historia, la tecnología de punta es un lujo para muchos, y un imposible para la gran mayoría.



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