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lunes, 18 de agosto de 2014

Privatización y quiebra de PDVSA, por @AlfredoOsorioU

Alfredo Osorio agosto de 2014
@AlfredoOsorioU

A este régimen que destruye a Venezuela, sus instituciones, sus industrias, sus sueños y sus esperanzas, y que tantos alardes hace de un nacionalismo ramplón, que pretende ahora vender CITGO, si se le puede endosar la firme intención de privatizar a PDVSA, nacionalizada, responsable y oportunamente, por el fallecido ex Presidente de la República, Carlos Andrés Pérez, en su primer mandato.

La quiebra de Venezuela, gracias a la desastrosa política llevada adelante, primero por Chávez, y luego por Maduro, de endeudamiento irresponsable y gasto dispendioso, de regalar más de trescientos mil barriles de petróleo diariamente, por medio del convenio Petrocaribe, por destruir el aparato productivo y necesitar la importación de casi todos los productos e insumos, de hipotecar el petróleo venezolano, con créditos a largo plazo comprometiendo la renta petrolera diezmada por la poca producción de barriles de petróleo que según las cifras oficiales de la OPEP, solo alcanzan a llegar a los dos millones trescientos mil barriles diarios, les lleva a cometer nuevas torpezas con acciones que muy bien pudiéramos catalogar, como criminales y lesivas al interés nacional.

Presionado por el colapso de las finanzas del país, el régimen explora la posibilidad, muy cierta, de vender a Citgo, empresa propiedad de Venezuela que tiene numerosas refinerías en el norte, así como cerca de dos mil estaciones de servicio a lo largo y ancho del territorio de los Estados Unidos, que, por cierto, jamás ha amenazado con expropiarlas.

Pero una decisión como ésta pondría en un peligroso riesgo el acceso de Venezuela al mercado norteamericano, independientemente que la negociación le pueda representar al país un ingreso puntual entre diez y quince mil millones de dólares, sin descontar las cuantiosas comisiones que ganarían los personeros del gobierno promotores de esta nueva afrenta contra el patrimonio de los venezolanos.

En realidad, no es la primera vez que esta robolucion se plantea la venta de Citgo, que no solamente es refinadora de petróleo y comercializadora de gasolina en USA, sino que vende lubricantes, petroquímicos y derivados, constituyéndose en la mayor filial de PDVSA fuera del territorio venezolano, lo cual la convierte, al mismo tiempo , en una empresa transnacional.

Venezuela no cuenta en estos momentos con los recursos que necesita para continuar las operaciones en la Faja Petrolífera del Orinoco a pesar de los 50 mil millones de dólares que ha recibido de préstamo de los chinos en los últimos seis años, pero al mismo tiempo, con la venta de Citgo, estaría tratando de evitar, posibles medidas de embargo contra bienes venezolanos por parte de las empresas expropiadas que están reclamando en la actualidad pagos por más de veinte mil millones de dólares ante el organismo internacional creado para esas querellas, el CIADI.

Lo cierto es que ahora sí se puede decir que el régimen está privatizando y arruinando a PDVSA, no solo por la ya anunciada venta de Citgo por parte del ministro Rafael Ramírez, sino por la inmensa deuda en bonos por unos 50 mil millones de dólares que ha venido emitiendo y que se encuentran en manos de privados y de la banca. PDVSA, como empresa petrolera transnacional está avaluada en algo más de cien mil millones de dólares, lo cual indica que casi la mitad de este enorme capital está en manos privada en forma de bonos mientras no los cancelen en su totalidad y si le sumamos la deuda China, mas las deudas y pasivos contraídos con empresas nacionales e internacionales de servicios, que se encuentran de plazo vencido, es fácil concluir al deber más de lo que vale, y estar comprometido el ochenta por ciento de su producción, que PDVSA, está quebrada o falta muy poco para ello.


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