Páginas

jueves, 14 de agosto de 2014

Disidencias e Intolerancias por @lmesculpi

Luis Manuel Esculpí agosto de 2014
@lmesculpi

Los oficialistas cuando hablan del legado evitan referirse a algunos aspectos importantes de la herencia que han trascendido más allá de sus propias filas, alcanzando incluso a algunos sectores del mundo que los adversa. Para justificar cualquier acto de gobierno, la mínima acción partidista y en general, todo su discurso político apelan a la "herencia política ideológica" del Expresidente. Su hermano, el Gobernador de Barinas propuso incluso "sistematizar por áreas" el famoso legado.

Ese culto y sus ritos constantes impiden ahora, que se indilgue al gobierno anterior la responsabilidad en la grave crisis económica, política, social y ética que vivimos, ya después de más de tres lustros en el gobierno, resulta cada vez más difícil atribuírsela al Puntofijismo. Por supuesto, que no dejan de intentarlo, aunque están conscientes de lo difícil que resulta, con el paso del tiempo, que tal prédica goce de credibilidad.

Esta especie de religiosidad, con sus templos, liturgia y pretendidos sacerdotes ha alcanzado tales niveles en las filas oficialistas, que hasta los más severos críticos en su propio campo, se ven en la necesidad de arroparse con el manto del legado para poder así, mantener su beligerancia y sostener sus puntos de vista ante la intolerancia y el atropello de los jerarcas del gobierno y la cúpula burocrática partidista. Tal actitud de la disidencia nos resulta comprensible, aún así, con ella no han podido evitar los insultos y acusaciones típicas del autoritarismo stalinista donde el epíteto más recurrente es el de traidor.

Algunos rasgos característicos del legado como la intolerancia y la pugnacidad no lo son exclusivamente de quienes orgullosamente se asumen como herederos, han permeado sorprendentemente, al otro extremo del polo opositor. Que fácil resulta ser tolerante con quien piensa igual que uno!. La tolerancia como virtud es precisamente el respeto por quien piensa distinto, es el reconocimiento del otro, la valoración por el debate de ideas, la consideración de los argumentos del que opina diferente y no convertir cualquier debate en un torneo de descalificativos. Las redes sociales en especial twitter son un claro ejemplo de lo que antes afirmamos, donde el insulto sustituye al argumento, incluso en el propio territorio de quienes adversan al gobierno.

Formalmente todos admitimos la necesidad de contar con sectores que se colocaron bajo la égida del chavismo y que progresivamente viven un proceso de decepción, pero el discurso y la actitud de nuestra área más extrema, imposibilita la comunicación fluida con los desencantados del oficialismo.

Me refiero por ejemplo a quienes responden a las voces disidentes afirmando "tarde piaste, pajarito". De manera que no basta el reconocimiento formal de una situación, se trata de actuar en consecuencia, de no hablarle sólo a los ya convencidos. La tarea tiene otra dimensión, en la que el diálogo y la tolerancia deberán ocupar un lugar destacado la estrategia que nos permita ser en verdad, no sólo por la prédica, una fuerza alternativa. Lo que implica necesariamente, no reproducir aquellas conductas negativas del adversario que rechazamos; como la descalificación, la arrogancia, el insulto y la intolerancia.

Tomado de: http://partidounnuevotiempo.org/inicio/index.php/articulos-de-opinion/1764-disidencias-e-intolerancias

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico