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martes, 29 de julio de 2014

Un día a la vez...

MARÍA ISABEL PÁRRAGA B. lunes 28 de julio de 2014


Y amanece, hacemos nuestra cola todas las mañanas, prendemos la radio, tan solo dos o si acaso tres opciones se asoman a la realidad. Los titulares de la prensa se desprenden como retazos de un país deshilachado. Tan solo dos, si acaso tres, se atreven y no sabemos hasta cuándo. Todavía recuerdo como muchos se reían (quizás hasta quien esto escribe también lo hizo) de aquel ministro cuando hablaban de la hegemonía comunicacional. Era imposible, pensábamos. Y es que a la luz de estos quince años lucían tan ajenas tantas cosas que hoy son cotidianas que si algo hemos aprendido es a decir más nunca: "eso no pasará y no se atreverán". Resulta que pasa y se atreven. Es más, luego de la muerte del líder galáctico se han atrevido hasta el "infinito y más allá".

Amanece un día y nuestro segundo nombre es Cuba y nuestro apellido es China. Escuchamos como no solo nos endeudamos sino que el "Imperio milenario" lo tendremos metido en cuanta actividad existe. Muchos dicen: "bueno, pero van a reactivar nuestras industrias". Pero es que el asunto no es así. O se traen los espejitos listos o vienen con su propio personal.

Hoy, los letreros chinos abundan hasta por el propio Fuerte Tiuna, emblema militar de quienes paradójicamente están encargados de resguardar nuestra soberanía. Hoy convertidos en el soporte, la estabilidad y el centro de un régimen que prefiere "entregarlo todo", hasta el futuro de nuestros bisnietos, con tal pueda mantenerse "por un ahora muy largo" en el poder.

Amanece como todos los días y el ya casi cotidiano "esto va mal" de tus pensamientos pasa por un pentagrama que va del "hasta cuándo", "hasta ¿en qué va a parar esto?", "¿qué más puedo hacer yo?", "¿merece la pena resistir? y justo cuando vas a dejarte tentar con la huida, el milagro del Ávila, el cielo azul, tus viejos ya muy viejos, sus sueños y sus esfuerzos por hacer de éste un país mejor, su tristeza al ver el éxodo de sus hijos y sus nietos, los recuerdos de lo que ha sido tu infancia y tu juventud en el "mejor país del mundo", todas las playas que has ido y las que aún no conoces, las montañas que no has subido, ese tepuy que aún te espera, los ríos y las cascadas en las que te has bañado, los amigos que como tú aún resisten, las parrillas en sus casas, sus hijos y los tuyos que son a su vez como familia, tus afectos y todo lo que te rodea, ese "ser como somos" en el que el trato "de tú" entre todos nos define como "maravillosamente igualados", te cambian la mañana de mal pronóstico.

A pesar de todo, hasta ahora va 1 a 0 a favor del Ávila. Como dicen por allí: "un día a la vez".

Tomado de:
 http://www.eluniversal.com/opinion/140728/un-dia-a-la-vez

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