lunes, 28 de julio de 2014

Póngalo en mi cuenta

Stalin González julio de 2014

Hace ya algún tiempo los venezolanos sufrimos un ratón producto de unos quince años de borrachera económica. El rígido y absurdo control de la economía, la injustificadas expropiaciones, y la opacidad burocrática del Estado fue el coctel que, pedido por el gobierno, nos ha embriagado por años, y ahora que toca pagar la cuenta, salió muy caro y no queda muy claro quien la debe pagar.

Venezuela en el último periodo ha sido beneficiada por el aumento del barril del petróleo, ingresando por ese concepto mucho más ingresos que cualquier otra legislatura. Por otra parte, la recaudación fiscal cada vez ha sido más creciente, de hecho representa la mitad de nuestro presupuesto. En medio de esta bonaza económica, se hubiese esperado que el presupuesto del país, cada vez más abultado, se hubiese traducido en promoción de otras ramas económicas que incentiven el crecimiento y políticas sociales que mejore la calidad de vida de los ciudadanos.

Sin embargo no es la realidad que hoy vivimos, esta bonanza económica fue despilfarrada en gastos militares para una guerra asimétrica con sus miedos, en una propaganda política contra las bases, en maletines de amigos anónimos y en políticas públicas para que salieran en televisión. La crisis económica que sufre Venezuela obedece fundamentalmente a la mala gestión económica y es la reconducción de esta lo que nos hará salir de esta crisis

Superar la crisis pasa por destrabar los requisitos para las importaciones de materias primas, el incentivo a las empresas nacionales, la descriminalización de nuestros comerciantes, la severidad con los funcionarios corruptos, y el soporte pensado e indiscriminado a las familias venezolanas. El sacrificio debe pasar por los convenios petroleros internacionales, la burocracia abultada y los favores políticos. El venezolano de a pie no debe ni tiene porque pagar con impuestos, con alza de precios, con reducción de subsidios y con alza de gasolina pagar el error de los dirigentes del país.

Este coctel nos llevó a la crisis y los que pidieron el coctel, quienes sirvieron el coctel y quienes nos los hicieron beber, proponen dejarles a ellos pedir otra copa, está un poco más amarga y por favor que lo pongan a nuestra cuenta.


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