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miércoles, 16 de julio de 2014

Apocalipsis criolla

OSWALDO BARRETO 15 de julio de 2014

Venezuela, de la noche a la mañana pasó a ser en los primeros meses del año, uno de los ocho países más pobres y de más acelerada ruina que hay en el mundo

Sé de la majestuosidad que cubre esta palabra griega desde que el apóstol Juan la sacó de su tan sencillo sentido primario, descubrir algo, para transmitir la revelación que el Señor le hiciera de lo que serían los tiempos finales. Y sé que esa majestuosidad impone sumo recato y hasta prohibición de usarla en asuntos que no sean ellos mismos solemnes.

Pero, justamente, qué puede haber de más solemne para nosotros los venezolanos que cuanto nos dicen sobre nuestro futuro inmediato nuestros modernos apóstoles ­grey inmensa y variopinta de clérigos de todas las iglesias y científicos de todas las humanidades, político, politólogos y comunicadores de todas las estofas. Es más, la incitación a profanar la solemnidad del término es tanto mayor que entre nosotros ha aparecido la moda de referirnos a todo en términos apocalípticos.

ESTADÍSTICA Y CIBERNÉTICAS: AUXILIARES DE LOS NUEVOS PROFETAS 

Así, gracias a los grandes avances en la elaboración y procesamiento de los datos estadísticos y a la divina o infernal invención de la cibernética, nos es dado hablar de todo cuanto nos concierne en términos apocalípticos.

Cualquier persona, en efecto, con tal aparente manejar idóneamente una computadora y tenga acceso, virtual o real, a la información de numerosas publicaciones periódicas sobre las estadísticas nacionales e internacionales, se siente autorizado (y así es reconocido) a emitir su sentencia, no sólo sobre lo que habrá de suceder con el país entero, sino sobre lo que ya ha sucedido o esta en camino de suceder (tengamos o no conciencia de ello).

Así, en un artículo de cualquier diario o revista, en un estudio publicado cualquier publicación científica, o bien a través de un correo electrónico o de un tuit, de un breve discurso pronunciado en un foro o en un programa de radio o televisión, se han elaborado o contribuido a elaborar visiones apocalípticas de todo cuanto no concierne.

Venezuela, de la noche a la mañana pasó a ser en los primeros meses del año, uno de los ocho países más pobres y de más acelerada ruina que hay en el mundo. Este mismo país, que hasta hace apenas una década sólo aparecía en el Guinness como el país de del mayor número de reinas de belleza triunfadoras, de las mayores caídas de agua y uno de los tres países con mayores reservas de petróleo, ahora sola está en la lista negra o roja de los récords: entre lo países de mayor inseguridad, de más elevado número de homicidios por cien mil habitantes, de mayor corrupción, del retorno más acentuado y constante a enfermedades endémicas que se creían desaparecidas, etc, etc.

Pero nadie hoy día ignora lo que por siglos y siglos pudo permanecer oculto, esto es, que la lectura del hecho hace al hecho mismo, y todos estamos en capacidad de acercarnos con cautela a esas profecías sobre lo que vamos a ser o ya somos sin saberlo. Sucede entonces que la gente del gobierno desconfía por principio de las profecías que vienen de los predios de la oposición y, viceversa, la gente de la oposición duda de que tal desconfianza sea honesta o sincera. La bipolaridad, en una palabra, se opone a la existencia de estas lecturas apocalípticas de nuestro futuro.

Pero esto también es mera apariencia: hay lecturas que aparecen como realidades para opositores y chavistas, sólo que de los dos campos se presentan distintas formas de explicar las razones de que tal fenómeno exista. No se niega el fenómeno (no se niega, por ejemplo, que somos el país donde la seguridad de vida es más baja, o del más alto índice de corrupción en el sector público), sino se discuten las causas sociales, culturales e históricas de tal fenómeno incuestionablemente presente en la actualidad.

Pero toda esta problemática desborda considerablemente nuestro tradicional campo de análisis, el material que solemos circunscribir en nuestras "Coordenadas" o llevar a los platillos de nuestra "Balanza". Esta visión apocalíptica de las cosas, que, como venimos diciendo, se presenta en todos los planos de nuestro acontecer, es asunto de sociología o psicosociología profunda. Nosotros, en cambio, movidos por lo que ahora podemos leer en diarios y revistas o escuchar en la televisión
ola radio.

NEFASTOS AUGURIOS SOBRE LA UNIDAD Y LA OPOSICIÓN 

Sí, nos preocupan ahora temas tratados por analistas que nos son a todos familiares y en el estilo que les es habitual donde nos hablan del futuro de la oposición y de la mesa de la unidad ­asuntos que, nadie duda, atañen al futuro de todo el país y en todas sus dimensiones.

Hablaremos, así, en la segunda parte de estas coordenadas, de lo que nos habla Alonso Moleiro en su artículo "El Vacío" publicado en Talcual del 12 de este mes. Hablaremos, desde la misma óptica, de lo que nos dice Carlos Blanco en su "Obertura 1814 2014", artículo publicado en su habitual columna en El Univer sal , del pasado domingo 13. Y hablaremos, en correspondencia, de lo que otros analistas han presentado como lecturas que enfrentan aquella lectura apocalíptica.

Tomado de: http://www.talcualdigital.com/Nota/visor.aspx?id=105059&tipo=AVA

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